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Guía práctica para preparar tus artes para impresión

  • Foto del escritor: Grafser Impresiones
    Grafser Impresiones
  • 6 oct
  • 3 Min. de lectura

La calidad de un impreso empieza mucho antes de que las máquinas hagan su trabajo: nace en el archivo que nos compartes. Preparar bien tus artes no solo asegura un resultado fiel a lo que imaginaste, sino que también evita contratiempos, correcciones de última hora o diferencias de color y corte.


Manos sobre computadora con imágenes de colores

En esta guía te compartimos los puntos clave que debes tomar en cuenta al momento de trabajar y enviarnos tus artes. No te preocupes si no eres diseñador: explicaremos cada concepto de forma sencilla y clara.


Colores: CMYK y tintas planas


Un detalle que suele sorprender a muchos es que la impresión no funciona en RGB (el modo de color que vemos en las pantallas). Para obtener colores reales en papel o en vinil, debemos trabajar en CMYK.


  • En impresión digital (ya sea pequeño o gran formato), el arte siempre debe estar en CMYK y no debe incluir tintas planas.

  • En impresión offset, sí es posible trabajar con CMYK + tintas planas (como Pantone), pero estas deben estar claramente identificadas en el archivo.


Esto es clave para que los colores no cambien drásticamente entre lo que ves en pantalla y lo que se imprime.


Área de seguridad: protege lo importante


Imagina que tu diseño tiene un texto justo en el borde… y al cortar el producto, se pierde la última letra. Para evitarlo existe el área de seguridad: un margen interno donde deben colocarse todos los elementos importantes, como logotipos, textos y detalles visuales.


Aunque nuestras máquinas son muy precisas, existe un fenómeno llamado "coleo", que es una variación mínima (de milímetros) al momento de imprimir. Es completamente normal, pero puede afectar si tu diseño no tiene ese respiro de seguridad.


Nuestra recomendación práctica: deja siempre entre 3 y 5 mm (0.125") de seguridad interna. De esta manera, todo lo esencial estará protegido.


Tipos de archivo: ¿cuáles funcionan?


Aquí es donde muchas veces surgen dudas. Lo ideal es que nos envíes el arte en su formato editable (Illustrator, Photoshop, InDesign, etc.). En ese caso:


  • Asegúrate de incluir las imágenes vinculadas, no solo incrustadas.

  • Convierte los textos a curvas o paths (así evitamos problemas con tipografías de las que no tengamos licencia).

  • Verifica que los colores estén en CMYK.


Entendemos que no siempre es posible enviar el editable. En ese caso, la segunda mejor opción es un PDF en alta resolución preparado para impresión. Si tampoco puedes generar PDF, un JPEG al tamaño real en 300 dpi también funciona.


DPI y resolución: la nitidez está en tus manos


La calidad de una imagen depende de su resolución, medida en dpi (dots per inch o puntos por pulgada). Mientras más dpi, más nítida será la impresión.


  • Para impresos de calidad, la regla es clara: 300 dpi a tamaño real.

  • Una imagen en baja resolución (por ejemplo, 72 dpi) no puede “arreglarse” después. Si nos la envías así, se verá pixeleada.


En pocas palabras: lo que se ve borroso en tu pantalla, se verá borroso en papel. Por eso es mejor cuidar este detalle desde la preparación del archivo.


Bleed o sangrado: deja que el diseño respire más allá del corte


Además del área de seguridad, también existe el sangrado: una extensión de tu diseño hacia afuera del área de corte. Su función es evitar que quede un borde blanco indeseado en los extremos.


La recomendación es agregar al menos 3 mm (0.125") de sangrado externo alrededor de todo tu diseño. Y no te preocupes, los programas de diseño profesional como Illustrator, InDesign o Corel tienen opciones para configurarlo fácilmente. Incluso plataformas más sencillas, como Canva, permiten activar esta opción en la configuración de tu archivo.

El sangrado no es un adorno, es un seguro: garantiza que tu pieza se vea limpia y sin bordes accidentales.


Otros detalles importantes


Además de lo anterior, hay dos puntos que siempre recomendamos:


  • Revisiones previas: asegúrate de revisar ortografía, colores y tamaños antes de enviarnos tu arte. Una segunda mirada siempre evita sorpresas.

  • Trabajo con muestra impresa: cuando el proyecto lo amerita, podemos hacer una muestra física antes de la producción final. Esto sirve para confirmar no solo el diseño, sino también el tipo de papel, los acabados y la fidelidad de los colores.


Preparar bien un arte no es complicado, pero sí requiere atención a los detalles: colores correctos, áreas seguras, resolución adecuada, sangrado bien configurado y formatos que conserven la calidad del archivo. Si sigues estas recomendaciones, tendrás la tranquilidad de que tus impresiones se verán tal como las imaginaste.


En Grafser estamos aquí para acompañarte en cada paso. Si tienes dudas al preparar tu archivo, nuestro equipo puede asesorarte para que tu diseño llegue listo para brillar en impresión.

 
 
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